INGREDIENTES
Un cuarto de habitas,
Dos huevos,
Ajos tiernos.
PREPARACION
Freir los ajitos y echar las habas. Poner a muy poquito fuego, están enseguida si son tiernitas. Batir los huevos y salar, añadir las habas y verter en una sartén antiadherente. A mitad de cocción dar la vuelta con la ayuda de un plato y cocer siempre a fuego muy suave.
HISTORIA
Ahora que es la época, es un auténtico placer de Dioses comerse una tortilla de habitas tiernas. En el mercado las ofrecen ya peladas y es mucho más cómodo. La iaia dice que si se compran ya peladas, de estar en la bolsita en la nevera, pierden todo su sabor y frescura y tiene razón, pero una marujita estresada no puede pararse a pelar habas. Estas me las peló ella y la tía Pili, con guantes porque si no se te quedan todos los dedos negros y por la noche hicimos una tortilla junto con unos ajitos tiernos.
Cuando el bis Julio plantaba habas en el secanet, nos gustaba pelarlas y comérnoslas crudas. Las primeras que cogía casi no tenían grano y la iaia hacía las vainas en tortilla cortaditas como si fueran ajitos. Tenían un tacto como de terciopelo. Y el sabor así tan recientes es único a verdor y a frescura.
Un cuarto de habitas,
Dos huevos,
Ajos tiernos.
PREPARACION
Freir los ajitos y echar las habas. Poner a muy poquito fuego, están enseguida si son tiernitas. Batir los huevos y salar, añadir las habas y verter en una sartén antiadherente. A mitad de cocción dar la vuelta con la ayuda de un plato y cocer siempre a fuego muy suave.
HISTORIA
Ahora que es la época, es un auténtico placer de Dioses comerse una tortilla de habitas tiernas. En el mercado las ofrecen ya peladas y es mucho más cómodo. La iaia dice que si se compran ya peladas, de estar en la bolsita en la nevera, pierden todo su sabor y frescura y tiene razón, pero una marujita estresada no puede pararse a pelar habas. Estas me las peló ella y la tía Pili, con guantes porque si no se te quedan todos los dedos negros y por la noche hicimos una tortilla junto con unos ajitos tiernos.
Cuando el bis Julio plantaba habas en el secanet, nos gustaba pelarlas y comérnoslas crudas. Las primeras que cogía casi no tenían grano y la iaia hacía las vainas en tortilla cortaditas como si fueran ajitos. Tenían un tacto como de terciopelo. Y el sabor así tan recientes es único a verdor y a frescura.
Este año, el Babu ha plantado en el huerto y aunque las plantó tarde, ya están en flor y dice que vamos a comer kilos y kilos... Él es así, exagerado hasta el extremo con todo, pero a ver si tiene razón y las pongo hasta en conserva...
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