lunes, 29 de abril de 2013

QUICHE ESPIRAL DE VERDURA



Receta del nº 190 de la revista cocina diez

INGREDIENTES

Una lámina de pasta brisa
1 cebolla pequeña
1 cucharadas de harina
200 cc de leche (orientativo)
1 huevo
sal, 50 grs de mantequilla, pimienta, nuez moscada.
1 calabacín (sobrará)
1 berenjena
1 zanahoria

PREPARACIÓN

Precalentar el horno y mientras estirar la masa y colocarla en una fuente redonda estirada. Pincharla y ponerle peso encima (unos garbanzos), o bien meterla 5 minutos al congelador y meterla al horno a 180º, diez minutos. El meterla al congelador hace que no se hinche al meterla en el horno.
Lavar el calabacín y pelar la zanahoria y la berenjena (o si se prefiere dejar ésta última sin pelar.

Cortar las verduras con una mandolina o un pelapatatas y a su vez, con el cuchillo cortar en tiras finas y estrechas.
Picar muy fina o rallar la cebolla y pochar en una sartén con 50 grs de mantequilla (o en la THM a 90º cinco minutos al cinco). Añadir la leche, como no la pese no se la que puse, algo menos de un vaso, pero que quede una bechamel espesita. Añadir el huevo y mezclar ya fuera del fuego. (En THM añadir la harina y cuando se dore un poquito, la leche).
Salpimentar y echar pimienta y nuez moscada al gusto.

Sacar del horno la masa y colocar la bechamel.

Ir colocando las verduras de una en una y formando círculos de fuera hacia adentro. Si quedara algún hueco al terminar se puede ir completando con el color que corresponda.
Hornear durante 30 minutos, vigilando por si hubiera cuajado un poco antes.

HISTORIA


Últimamente no sé si por la primavera,  los años, o que, todo me cuesta una barbaridad, y también escribir las historias que completan mis recetas. Por eso, hasta que se me pase este perrerío (iba a poner astenia primaveral que queda más fino, pero creo que lo que me invade es perrerío puro y duro), voy a dejaros un artículo con el que colaboré en una revista y así no me canso...
Muchas madres enseñan a sus hijas a pintarse las uñas, protocolo, a sentarse erguidas y sonreír…. Mi  madre prefería enseñarme a cocinar, a pasar ensanches y a limpiar los azulejos de la cocina…
Los dejábamos brillantes e impolutos y yo le preguntaba con mi tontería adolescente:
-¡Pero para que quiero yo saber limpiar azulejos si cuando sea mayor tendré servicio! –  Y ella repetía incansable:
-Nena: para saberlo mandar hay que saberlo hacer.

Nada más lejos de la realidad
Para saberlo mandar hay que saberlo mandar y punto
Y, a veces, pienso que yo no he nacido con ese don.
Cuando mando algo, la mayoría de las veces, la faena vuelve a mí en una especie de efecto boomerang.

Si digo: -Nena: recoge la mesa. -La nena recoge el vaso y el plato, pero si le pregunto que porqué no ha recogido el agua me dice:
-Pero ¿Dónde la pongo?- (¡en el cajón de mis bragas pienso en decirle) pero en realidad le digo:
-En la nevera cariño.
-¡Es que no cabe!- me responde
-Pues aparta algo- insisto yo
-¡hay mama se me ha caído el bote de la mayonesa y se ha roto!
-Tranquila, que voy, y ya recojo yo los cristales, limpio la mayonesa que hay por toda la cocina y luego, de paso, recojo la botella de agua y la mesa. (que era el mandao)

Si mi hijo dice:
-Tengo que hacer un trabajo sobre la obra de Picasso. -Pues que bien pienso, y digo:
-Ya sabes, recopila la información de internet y la imprimes, luego la subrayas, coges las ideas importantes, haces un guión..
–Mama ¿Dónde están los folios?- (¡en el cajón de mis bragas pienso en decirle) pero en realidad le digo:
-En la estantería cariño
-No los encuentro,
-Tranquilo que voy y te busco los folios. (que era el mandao)
-Mamá esto no imprime. –me dice
-¿has enchufado la impresora? –le respondo
- ¿Dónde se enchufa? (¡en el cajón de mis bragas pienso en decirle) pero en realidad le digo:
-Tranquilo que voy y ya te imprimo yo los datos. (que era el mandao)

Otras veces le digo a mi pareja:
-haz tú la cena-  y él me responde con  cara de circunstancias:
-¿y que hago para cenar?-
-¡lo que quieras! -y pienso: si lo peor de la cena no es hacerla, sino saber lo que vas a hacer. Y él  me dice con mucho interés:
-Sí pero: ¿que hay?
-Pues… cualquier cosa…haz hamburguesas mismo- y él me pregunta:
-Pero ¿Dónde están?- (¡en el cajón de mis bragas pienso en decirle) pero en realidad le digo
-En el congelador cariño
-Sí pero,  ¿en qué cajón del congelador?,
-Pues…y como no acostumbro a memorizar el contenido del congelador le acabo diciendo.
-Tranquilo que voy y, ya que he perdido el hilo del programa que estaba viendo, pues hago yo las hamburguesas (que era el mandao)

Mientras aprendo a ordenar cosas sin tener que acabar haciéndolas yo misma, os dejo esta receta de quiche espiral de verdura. Deliciosa, os lo aseguro. La hice yo solita porque si pedía ayuda ya sabía que igualmente iba a acabar  haciéndola yo solita (es lo que tiene el efecto boomerang)

Si queréis hacéis esta quiche, pero sólo si queréis, por que si os ordeno yo que os pongáis a hacerla, ya se lo que me toca. A la primera me veo diciendo: -¡tranquila que voy! Y me planto en vuestra casa para cortar las verduras….



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1 comentario:

  1. Que vistoso queda y que rico estará el domingo sin falta lo preparo.
    Besos

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