GAZPACHO FRESQUITO

INGREDIENTES

1 kilo de tomates de pera
1 pepino
Medio pimiento
Media cebolla
1 diente de ajo pequeño
Agua y cubitos de hielo con la bandeja de Lekué
Sal, aceite y vinagre para el aliño.
Para acompañar:
Pepino
Jamón
Palitos de mar

PREPARACION

Tradicional

Escaldar los tomates y quitarles la piel. Cortarlos en trocitos y colocarlos en el vaso de la batidora junto con el pepino pelado, la cebolla, el diente de ajo y el pimiento a trocitos. Batir con la batidora y añadir el agua y por último el aceite, vinagre y sal. Aquí no hay medidas, hay que ir probando ya que cada uno le da un punto al gazpacho.

THM

Cortar los tomates por la mitad y quitarle la parte dura y las pepitas. Colocarlos en la THM junto con el pepino pelado, la cebolla, el diente de ajo y el pimiento a trocitos. Dar velocidad 5-7-9 y turbo 3 minutos y añadir el agua y por último el aceite, vinagre y sal. Aquí no hay medidas, hay que ir probando ya que cada uno le da un punto al gazpacho. (En la THM una vez añadamos el aceite no batir más porque se vuelve anaranjado el color)

Cortar el huevo duro, el jamón, los palitos y lo que tengamos para acompañar y servirlo en boles con los cubitos de hielo de Lekue que quedan perfectos y se pueden adornar con perejil, albahaca etc.



HISTORIA

El gazpacho es todo un clásico en verano, fuente de vitaminas, refrescante y por sus sales nos ayuda a recuperarnos de un esfuerzo. Cuando llegas cansado a casa después del trabajo hay dos cosas que me recuperan enseguida. Si es invierno, un zumo de naranjas del huerto, y en verano un buen gazpachito.

Cuando nos ponemos a régimen nos ayuda porque no engorda nada de nada y está buenísimo. Además si lo hacemos con la THM como no hay que pelar los tomates se hace en un momento. El que venden en brik me gusta bastante y a veces compro por si no tengo tiempo, pero a Juan le gusta el natural y lo solemos hacer mucho en verano, con tomates recién cogidos del Perelló.
Y, como decía Sabina en una canción, lo único es darle un buen punto poniendo la proporción de sal, aceite y vinagre, y, por lo que dice, a la espabilada Sofía, le salía muy bueno...

Mi primera mujer era una arpía,

pero, muchacho,
el punto del gazpacho.
joder si lo tenía,
se llamaba... digamos que Sofía.
Un mal día
me puso las maletas
a los pies de la estatua de un poeta,
que está, inmortalizado,
en su glorieta.
Después de, no se asombren,
registrar a su nombre,
mi chalet adosado,
mi visa, mi pasado,
su prisa y su futuro,
dejándome tirado
y sin un duro.
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