PATATAS BRAVAS DE LA ABUELA ROSA

INGREDIENTES

Patatas

Aceite

Pimiento colorado picante

Salsa tabasco

Ajo

 PREPARACION

Cortar las patatas a cuadraditos y freir con abundante aceite de oliva virgen en una sartén a fuego muy lento. Cuando ya están hechas, sacar de esa sartén escurriendo el aceite y poner en otra con un poco de aceite, los ajitos cortados pequeños, y dar una vueltas. Echar el pimiento colorado picante y la sal y tapar para que se queden blanditas. (No cogen casi la sal, osea que hay que poner un par de veces).

Al cabo de cinco minutos echar un poco de salsa tabasco (cuidado, depende de los comensales echaremos más cantidad o menos, si son valientes, niños, etc...) y servir en un plato con una cucharada al medio de allioli.

 HISTORIA

 En la calle doctor Zamenhoff está ubicado el bar donde hacen las mejores patatas bravas de toda Valencia. El bar Ricardo está allí casi de toda la vida, y aún recuerda el papá los Domingos cuando tocaba comer pollo asado e iba con el tío Nacho a por una de bravas para llevar de aperitivo. Un día la dueña, le dió a la abuela la receta y ella las hace así desde entonces y la verdad es que las mejora.

A pesar de todo nosotros seguimos fieles y cuando tenemos algo que celebrar nos gusta ir al Ricardo, pedirnos unas bravas y mil cosas más, como los montaditos, la sepia con mayonesa, la ensaladita de marisco y si encima nos pedimos un vinito turbio la fiesta está asegurada.

El 4 de Junio juan cumplió 8 años y cenamos allí con la familia, él estaba agotado porque por la tarde estuvimos celebrándolo con sus amigos merendando yendo al cine.

Hoy han venido al Perelló los tíos Pepe y Encarna y mis primos Marga, Juan, Juliette y Javi con los nenes, que están preciosos, soy una tía muy pagá. Hemos pasado un día playero, a pesar de que el mar estaba bastante sucio porque han abierto las compuertas de la albufera y el agua de los campos de arroz sale y se mezcla con el mar.

David ha disfrutado de su primer baño en el mar. Estaba guapísimo, dando grititos y notando las olas en sus pies. A Roberto en cambio, que le encanta bañarse en la piscina, no le ha parecido tan buena idea lo de darse un baño en la playa, pero me ha conquistado con sus ojazos, su sonrisa y su media lengua.

La abuela Rosa nos ha hecho las patatas bravas que, como siempre, estaban de rechupete.

¡Gracias por venir! Ha sido un día muy bueno pasado en familia.