ARROZ DE DON CANGREJO (ARROÇ EN CARRANC)

Participo en el concurso de Espe Saavedra 'El arroz'
INGREDIENTES

Un buey de mar
un tomate de pera maduro pero firme
una cebolla tierna
dos dientes de ajo
una cucharada de pimentón
100 grs de arroz por persona
de 400 a 500 ml. de caldo de pescado por persona
una sepia mediana
un puñado de gambas peladas

PREPARACION

Para comprar el buey, elegid uno al que no le falte ninguna pata, ya que por al agujero pierde sustancia y le entra agua de la pecera. Dijo un día Arguiñano que las hembras están mejor y se diferencian porque el triángulo que tienen en su cuerpo, en la parte de bajo es mucho más grande (ya que ahí albergan los huevos)



Cortar al señor cangrejo. Separar las patas pequeñas, y dadles un golpe a cada una para romperlas y que suelten la sustancia y que luego se pueda comer bien la carne y lo mismo con las pinzas. Arrancar ese triángulo del caparazón y cortarlo en dos la parte donde estaban cogidas las patas y también el caparazón con un cuchillo afilado y el mazo del mortero, o boen con una 'pequeña hacha' (disculpad que no se el nombre) de esas de cocina.

Cortar el ajo muy pequeñito y sofreir junto con la cebolla rallada. Añadir el tomate tambien rallado, añadir el cangrejo y dar unas vueltas.


Cuando ya lo hemos sofrito, echar una cucharada de pimentón (no de la Vera) y mojar con el caldo. Hervir cinco minutos y echar el arroz. Lo coceremos unos 18 minuto, ya que con el calor de la cazuela de barro sigue cociéndose y embebiéndose el caldo. Reservaros siempre algo de caldo por si se seca demasiado y le hemos de añadir un poco más mientras se está cociendo.
 
HISTORIA

Al igual que cuando compro un bogavante, a este cangrejito lo adoptó enseguida Juan y le dijo:-no te preocupes que el tete Juan te va a cuidar. Lo llamó Don Cangrejo y luego me pregunto.-mamá ¿tenemos sal marina? y le hizo una bañera con agua casi como la de su hogar y unas conchas. Lo puso a andar, lo alimentó -mamá ¿donde tienen la boca? y mil perrerías más incluida una sesión de fotos que le encargué y que le hizo con el ejército de galeras. Al final se murió, yo creo que prefería ser parte de un arroz que seguir con aquello...

Lo que me sorprende es que luego se lo coman sin miramientos y lo encuentren la mar de bueno. (Al malcomiente no le gustó mucho la pinta del arroz y  hubo que explicarle que las papilas gustativas están en la lengua, no en los ojos y que lo probara antes de decidir si le gustaba o no...) Reconoció que se había equivocado en su juicio y que estaba buenísimo!
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