INGREDIENTES
250 ml. de leche
2 huevos
180 grs de
harina
2 cucharadas de
anís
50 grs de azúcar
1 cucharada de
levadura en polvo.
un poco de sal.
PREPARACIÓN
Mezclar todos
los ingredientes con la Thermomix o la batidora. Dejar reposar un ratito en la
nevera en un bol que nos permita meter el cacharro con comodidad.
Mientras
calentar el aceite muy bien, en una sartén honda o cazo. Para que no sepa mal freiremos una
piel de naranja y antes de que se tueste la retiraremos.
Mojar el aparato hasta la mitad en el cacharro con la masa. Freír en el aceite. Se
soltarán ellas solas, si no se llegan a soltar ayudarnos con la punta de un
cuchillo de punta redonda.
Con unas pinzas sacarlas y colocarlas sobre un plato con papel absorvente
Servir espolvoreadas con azúcar
glass o con miel.
HISTORIA
Los niños no siempre han estado tan sobreprotegidos y mimados como ahora. En otra época, o en esta época en otros países, aunque no levantaran tres palmos del suelo, en cuanto podían trabajar ya lo estaban haciendo, y aparte de estudiar, los que tenían la suerte de ir al colegio, trabajaban para el sostenimiento de la casa.
La iaia era una
de esas niñas. Antes de ir al cole, con sólo ocho o nueve años de edad, lavaba
todo el suelo arrodillada, un día el comedor y el pasillo, otro día las
habitaciones. También iba a comprar, y como antes no había supermercados ni
neveras, tenía que hacer la compra todos los días.
Un día llegó un
charlatán a la plaza de Benimámet que vendía un montón de cosas, y entre ellas,
un aparato para hacer flores a la sartén. Con la compra del mismo regalaba la
receta para poderlas hacer. Una niña de ojos color de cielo, no se perdía
detalle de sus explicaciones, hasta que
se acercó y compró un artilugio.
Cuando fue
creciendo, como le gustaba la cocina, muchos domingos hacía flores para todos,
hasta que el aparato se hizo viejito viejito y se perdió.
Por eso cuando
aquella niña, que hoy ya es iaia y sigue teniendo los mismos preciosos ojos azules vio en una tienda el aparato, lo compró, y el
domingo en la Cañada, nos hizo estas ricas flores a la sartén.
Están buenísimas
y quedan muy crujientes y ligeras. Nos han encantado a todos.