INGREDIENTES
1 litro
de leche
110
grs. de harina
1
cebollita pequeña
50 grs.
de mantequilla
1
chorritón de aceite
PREPARACIÓN
TRADICIONAL
Poner
en una sartén antiadherente bastante grande (ha de caber 1l. de leche) la mantequilla
y la cebolla rallada con la parte más fina del rallador. Añadir algo de sal.
Poner
el fuego medio, para que no se queme y dar unas vueltas. Cuando ya esté
transparente echar la harina y seguir removiendo. Se hará una pelota pero ir rompiéndola y tostando la harina para
que no sepa a crudo.
Mientras,
tendremos la leche caliente en otro cazo, cuando ya la harina esté tostada
iremos añadiendo la leche y mezclando con unas varillas. Rectificar de sal y
añadir pimienta y nuez moscada al gusto. Aunque el truco de la leche caliente
es para que no haga grumos, si se queda grumosa no hay problema. La batimos con
la batidora y se nos queda de categoría.
Hasta aquí si se quiere blanca. Si prefieres la versión rosa sólo tienes que añadir una lata de pimientos del piquillo y pasar por la batidora. Además de color le da un sabor impresionante que realzará tus canelones, mousaka, quiches...
Y si eres fan del color verde ¿porqué no le picas unas espinacas?
PREPARACIÓN
THM
Echar
la cebolla, la mantequilla y el aceite y programar 5 minutos a vel 9, 100º.
Añadir la harina y dar unas vueltas 1 minuto a 90 para que se escalde. Añadir
la leche la sal, la pimienta y la nuez moscada.
Programar
8 minutos 90º a vel 4 (el tiempo es orientativo hasta que veamos que ha
espesado.
HISTORIA
La iaia
cuenta que de pequeña no podía soportar beberse la leche, y la bis la castigaba al corral. Cuando se la
bebía, estaba toda la mañana en el colegio con dolor de estómago, se le hacía
agria en el estómago, y le repetía.
Cuando
ya la bis la dejó por imposible, no volvió a probar la leche, y siempre ha
desayunado un vaso con café solo.
Pero
aún hoy, rechaza los alimentos que saben a ella, como helados o salsas hechas
con nata. Incluso los alimentos de color blanco los prueba con miedo por si le
sientan mal.
Si la
iaia hubiera nacido hoy, sería la típica niña intolerante a la lactosa.
En su
época sólo fue una caprichosa que no quería tomarse la leche, a pesar de que lo
pasara tan mal.
La
bechamel tiene que estar con cebollita y con mucha nuez moscada y pimienta para
matarle el sabor a la leche, muchas que te dan por ahí están incomibles porque
sólo saben a leche espesa. También hay que dar muchas vueltas a la harina para
que se tueste y no sepa a harina cruda. Para que le gustara más un día que hice mousaka, le piqué una lata de pimientos del piquillo para que se la tomara
más a gusto.
Pues
como dice una conocida frase, para gustos los colores y si os pasa como a la
iaia o simplemente estáis aburridos de tomar siempre la bechamel de la misma
manera, aquí tenéis otra versión.
(y
otras con espinacas, setas de cardo, olivas negras….dejar volar la imaginación)
Mira que es una salsa simple y típica.. está muy buena :)
ResponderEliminaresta muy buena y tiene tantas posibilidades, gracias por el post y las explicaciones, saludos.
ResponderEliminarTodo me ha gustado, la bechamel blanca, la rosa, pero ese pañito, madre que cosa más preciosa.
ResponderEliminarBesets