martes, 27 de noviembre de 2012

SALSA BECHAMEL (blanca o rosa)



INGREDIENTES

1 litro de leche
110 grs. de harina
1 cebollita pequeña
50 grs. de mantequilla
1 chorritón de aceite

PREPARACIÓN TRADICIONAL

Poner en una sartén antiadherente bastante grande (ha de caber 1l. de leche) la mantequilla y la cebolla rallada con la parte más fina del rallador. Añadir algo de sal.
Poner el fuego medio, para que no se queme y dar unas vueltas. Cuando ya esté transparente echar la harina y seguir removiendo. Se hará una pelota  pero ir rompiéndola y tostando la harina para que no sepa a crudo.
Mientras, tendremos la leche caliente en otro cazo, cuando ya la harina esté tostada iremos añadiendo la leche y mezclando con unas varillas. Rectificar de sal y añadir pimienta y nuez moscada al gusto. Aunque el truco de la leche caliente es para que no haga grumos, si se queda grumosa no hay problema. La batimos con la batidora y se nos queda de categoría.
Hasta aquí si se quiere blanca. Si prefieres la versión rosa sólo tienes que añadir una lata de pimientos del piquillo y pasar por la batidora. Además de color le da un sabor impresionante que realzará tus canelones, mousaka, quiches...
Y si eres fan del color verde ¿porqué no le picas unas espinacas?


PREPARACIÓN THM

Echar la cebolla, la mantequilla y el aceite y programar 5 minutos a vel 9, 100º. Añadir la harina y dar unas vueltas 1 minuto a 90 para que se escalde. Añadir la leche la sal, la pimienta y la nuez moscada.
Programar 8 minutos 90º a vel 4 (el tiempo es orientativo hasta que veamos que ha espesado.

HISTORIA

La iaia cuenta que de pequeña no podía soportar beberse la leche, y la bis la castigaba al corral. Cuando se la bebía, estaba toda la mañana en el colegio con dolor de estómago, se le hacía agria en el estómago, y le repetía.
Cuando ya la bis la dejó por imposible, no volvió a probar la leche, y siempre ha desayunado un vaso con café solo.
Pero aún hoy, rechaza los alimentos que saben a ella, como helados o salsas hechas con nata. Incluso los alimentos de color blanco los prueba con miedo por si le sientan mal.
Si la iaia hubiera nacido hoy, sería la típica niña intolerante a la lactosa.
En su época sólo fue una caprichosa que no quería tomarse la leche, a pesar de que lo pasara tan mal.
La bechamel tiene que estar con cebollita y con mucha nuez moscada y pimienta para matarle el sabor a la leche, muchas que te dan por ahí están incomibles porque sólo saben a leche espesa. También hay que dar muchas vueltas a la harina para que se tueste y no sepa a harina cruda. Para que le gustara más un día que hice mousaka, le piqué una lata de pimientos del piquillo para que se la tomara más a gusto.
Pues como dice una conocida frase, para gustos los colores y si os pasa como a la iaia o simplemente estáis aburridos de tomar siempre la bechamel de la misma manera, aquí tenéis otra versión.
(y otras con espinacas, setas de cardo, olivas negras….dejar volar la imaginación)

3 comentarios:

  1. Mira que es una salsa simple y típica.. está muy buena :)

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  2. esta muy buena y tiene tantas posibilidades, gracias por el post y las explicaciones, saludos.

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  3. Todo me ha gustado, la bechamel blanca, la rosa, pero ese pañito, madre que cosa más preciosa.
    Besets

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