INGREDIENTES
Escaramujos
agua
azúcar
PREPARACION
Seleccionar los escaramujos de color rojo más intenso y cortar por la mitad. Desechar las pepitas y todos los pelillos que puedan tener ya que no se digieren y cuando salen por el orificio que tenemos situado al final del intestino grueso producen un picor considerable, tanto, que también son conocidos como grataculs o escarbaculos. Por sus propiedades astringentes tambien se les conoce como tapaculos.
Limpiar bien y poner a cocer con agua. A la media hora sacar los frutos y cocerlos en otra olla con un poco menos de su peso en azucar. El agua rojiza de la cocción cocerla también con azúcar otra media hora más . Esto será la jalea, y los frutos trirurados formarán la
mermelada.
HISTORIA
Uno de los paisajes que más me gustan es el de los caminos que rodean Manzanera cuando llega el otoño (y en primavera, y en invierno...). Los chopos se tornan de color amarillo y los olmos de color naranja, pintados de diferentes intensidades. Si como fondo tenemos un cielo limpio de un azul impecable y alguna nube blanca...falta mi voz diciendo -Pero...¡Mirad! ¿Os habeis fijado...? y ellos, cuya voz es casi más grave que la mía, respondiéndome con tono como de quien ha perdido la paciencia: -Que sí mamá que sí, que ya lo sabemos, el otoño, los tonos del paisaje, ya lo vemos, tranquila: naranja, amarillo los colores del otoño...
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En invierno, los frutos resistiendo la nieve |
Siempre me llama la atención ver las rosas silvestres, o rosa canina, por los senderos y luego el color rojo que tomaban los capullos con la llegada del otoño, cuando ya hace tiempo que se cayeron los pétalos rosados y queda el fruto maduro.
En la tele de Aragón salió que unas chicas hacían mermeladas de muchos ingredientes naturales, entre ellos el escaramujo y empecé a investigar y leí que se podían comer y las propiedades que tenían y me quedé un tanto sorprendida ya que cuentan con más vitamina c que las naranjas (unas veinte veces más, aunque como hay que cocerlos pierden gran parte). Se pueden comer crudos, tienen un sabor ácido especial.
Enseguida me puse a investigar y me las prometía muy felices cogiendo los escaramujos ya que vi que se podía preparar jalea y mermelada.
Averigué que sirve para elaborar tónicos antioxidantes, ideales para reforzar nuestro sistema inmunitario, sobre todo en otoño e invierno cuando las defensas están más debilitadas. El poder astringente de sus taninos y sus flavonoides, ejercen una influencia muy positiva para regular y proteger el intestino y frenan la diarrea. Tomado en infusión tras las comidas, mejora la digestión y aporta un suave efecto diurético, muy beneficioso para quienes retienen líquidos. Para ello hay que poner a secar las bayas y hervir dos cucharadas por litro durante diez minutos. dejar reposar otros cinco y ya está.
Lo que ocurre es que no creo que haga mucho más por la cantidad de trabajo que lleva. Hay que abrir los frutos y separar cuidadosamente las pepitas y quitar todos los pelos, (porque pican pican )de cada uno aprovechas un pellejito y no vale la pena. El sabor es ácido, y no está del todo mal.
Además su astringencia no es lo que más me conviene, al contrario, y lo de la vitamina lo suplimos con las mandarinas y naranjas de Valencia por supuesto, que están de cine!