INGREDIENTES
Para la masa madre:
70 grs de leche
10 grs de levadura fresca de panadería
130 grs de harina de fuerza
5 grs. de azúcar ó 225 grs. de masa madre natural
Para el resto de masa:
120 grs de azúcar
ralladura de 1 naranja
50 grs de manteca de cerdo
20 grs de aceite de oliva
3 huevos (dos para la masa y uno para pintar)
60 grs de zumo de naranja (o leche)
20 grs de levadura de panadero fresca (o 7 grs de la seca de panadero)
un chorrito de
anís
600 grs de harina de fuerza
una pizca de sal
300 grs de pulpa de
calabaza cocida (al horno, al microondas o hervida)
PREPARACIÓN
Asar la calabaza al horno o al microondas.
Poner en un bol el aceite, dos huevos, el zumo de naranja, la levadura, el aceite y manteca, la ralladura, el azúcar, el anís y la pulpa de la calabaza y batir con la batidora.
Incorporar la harina y la sal y la masa madre y amasar, primero con una cuchara de madera ya que es una masa bastante pringosa y luego con las manos. Mojarse las manos en harina, pero no mucho para no incorporar harina a la masa y que quede dura.
Dejar reposar el mismo bol tapado hasta que doble su volumen y pasar a la mesa. Desgasar un poco la masa y formar las bolas o panecillos.
Dejar sobre neulas y pintar con el huevo. dejar reposar media hora o algo más y colocar al horno unos veinte minutos a 180º vigilando porque cada horno es un mundo.
HISTORIA
Me compré con
las estrenas el libro del pan de Ibán Yarza, que desde que lo ví en la tele
vasca en el programa de David de Jorge me encanta, por lo claro que explica,
porque no se anda con bobadas y porque te crea un irresistible deseo de poner a
amasar y a hacer panes y roscones. Fue
leerlo y no he parado: Hice el roscón de Reyes, el pan persa, la masa madre,
panes de masa madre, rosquilletas y estos panquemados...
Me invadió un
furor masa-madrero singular. No me olvidaba de alimentarla, le ponía al lado un
reloj que mide la temperatura para ver si estaba bien, la olía varías veces al
día observando los matices en su aroma, observaba sus inquietantes burbujas y
los ojos que se abrían como si me saludaran...
Aunque el pan me
salió regular, estos panquemados estaban superiores, esponjosos y llenos de
sabor.
Pero nuestro
amor duró poco ya que en mi próxima masa la engañaré con la levadura. Si, una
marujita estresada como yo no puede pasarse un día entero para poder reactivar
la masa, esperar a que el pan haga sus levados a su ritmo, en fin, que poniendo
el horno a 35 grados y dejando levar dentro, gano mucho tiempo y no tenemos el
paladar tan refinado como para apreciar la diferencia.
Ahora la he
abandonado en un tarro en el pueblo. Como la casa está en invierno a cinco grados es como si estuviera en la nevera
y así dura tres meses. Por si mas adelante le doy a la pobre otra
oportunidad...