INGREDIENTES
Para la base de plancha de bizcocho
2 huevos
60 grs de azúcar
1 cucharada de azúcar invertido o de miel
90 grs de harina
1 cucharadita de levadura Royal
Para la mousse de limón y hierbabuena
3 huevos
4 cucharadas de azúcar moreno
3 cucharadas de azúcar blanco
250 grs de nata
1 sobre de gelatina neutra
120 ml de zumo de limón o lima
La ralladura de un limón
30 ml de ron
dos hojas de hierbabuena
Cobertura
300 ml de agua
100 ml de zumo de limón o lima
200 ml. de ron
1 sobre de gelatina
125 grs azúcar moreno
8 hojas hierbabuena.
1 gotita de colorante alimentario verde (opcional)
PREPARACION
Para la base
Batir con varillas los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos, añadir la miel o azúcar invertido y seguir batiendo. Tamizar la harina y la levadura y añadir con espátula y movimientos envolventes para que no se baje. Yo lo hornee en el mismo molde que me iba a servir para hacer la tarta y subió demasiado, tuve que recortar una capa, por lo que es mejor escudillar sobre la bandeja del horno protegida con papel vegetal. Luego se recorta a la medida del molde desmoldable y se coloca en la parte de bajo. Introducir en el horno a 180º unos 15 minutos.
THM. Colocar los huevos con el azúcar y miel o azúcar invertido a 35º vel.3 y 5 minutos con la mariposa. Añadir la harina y levadura y poner 2 minutos más sin temperatura a vel 3.
Dejar enfriar.
Para la mousse de limón y hierbabuena
Colocar en el congelador el bol en el que batiremos la nata para que esté bien frío y la nata debe estar en la nevera. hay que preparar dos boles más.
Calentar el zumo de limón con el ron, (depende de la acidez de los limones y de si gusta más o menos cargado de ron, o más o menos dulce, por lo que probarlo para darle el punto personal) y las hojas de hierbabuena. Disolver la gelatina y dejar templar.
Batir las claras a punto de nieve con tres cucharadas de azúcar blanco y reservar.
Batir la nata hasta que esté semimontada (ya se marcan las varillas como haciendo caminos o abriendo surcos, pero si cogemos una cucharada se desliza por la cuchara).
Batir las yemas con el azúcar moreno y la ralladura de limón, bien con varillas o con la THM (con mariposa y vel 4) y añadir la gelatina de limón (retirar las hojas) a hilillo por el brocal de la THM o poco a poco con las varillas.
Mezclar con mucho cuidado el contenido de los tres boles: las claras a punto de nieve, la gelatina con yemas y la nata e integrar todo con la espátula poco a poco, integrando los tres componentes, con movimientos muy suaves para que entre aire y no se baje.
Colocar la mouse encima de la base de bizcocho y alisar la superficie. (como más liso quede mejor). Colocar en el frigorífico hasta que cuaje.
Cobertura
Picar las hojas de hierbabuena con la picadora lo máximo posible. Colocar los demás ingredientes en un cazo hasta que hierve y se disuelve el azúcar y la hierbabuena.
A mí me gusta más fuerte de ron la gelatina que la mousse, que debe quedar muy suave para que contraste.
Cuando se enfría a temperatura ambiente (vamos removiéndolo poco a poco) ir echándolo poco a poco encima de la mousse. Cuando se cuaja una capa echar la otra (si lo echamos de golpe se amontonan las hojitas en el fondo y queda más feo). Lo lo hice en tres veces y esperando unos quince minutos cada vez.
Si dejamos la tarta quieta en la nevera y vamos echando la gelatina sin moverla mejor.
de un día para otro se queda genial, aunque con unas cuatro horas sería suficiente.
HISTORIA
Desde hace un tiempo se ha puesto de moda tomar mojito. Unos hielos picados, unas hojas de hierbabuena un chrorritón de ron y lima y ¡8 euros o más que te cobran! menos mal que se suele tomar pasando un buen rato con los amigos que si no... A mí me gusta más al estilo de Carlos, un amigo que prepara el mojito granizado y ya se ha cargado un montón de batidoras de vaso porque siempre que nos reunimos lo trae y a todas las reuniones familiares que va porque le sale buenísimo.
Y esta es otra versión que me he inventado, en forma de tarta. Es la segunda que hago, pero la primera no la pude fotografiar porque al transportarla sufrió un pequeño percancce y cayó sobre el cesped de la Cañada boca abajo. Menos mal que iba en su porta tartas y pudimos salvar un poco de picadillo para después de comer.
La segunda no sufrió ningún percance y pudimos comerla en Llombay, en la caseta de Pepe. Como él dice para ir a su caseta solo hace falta un pagano y así de vez en cuando, cuando alguien quiere celebrar algo con los compañeros de la oficina, nos reunimos alrededor de una magnífica caldereta de rape como esta vez, corderito o cualquier cosa buena. Espero que ahora que ya no estoy con ellos en la oficina se acuerden de mi y me llamen cuando vayan ¡aunque me toque ser la pagana!
Esta vez el pagano ha sido Fidel, pero a mí me han dicho tantas veces que la tarta estaba buenísima que yo he sido la más 'pagada'.
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