CHEPERUDETES

INGREDIENTES

250 grs. de calabaza asada

200 grs. de azúcar

175 grs. de almendra

100 grs. de harina

3 huevos

75 grs. de aceite

ralladura de limón

2 papeles de cada color de gaseosas

PREPARACIÓN

Tradicional

Pasar la calabaza por la batidora para que quede bien finita.

Separar las claras de las yemas. Poner las yemas en un bol y mezclar con 100 grs de azúcar, los papeles ácidos y el puré de calabaza, batir con la batidora de varillas hasta que cojan volúmen y añadir el aceite a hilillo mientras seguimos batiendo.

En otro bol batir las claras a punto de nieve firme y añadir los 100 grs de azúcar restantes.

Juntar a las claras la mezcla de yemas y calabaza e incorporar la harina, la almendra molida y los papeles base tamizándolos para que cojan aire y con movimientos envolventes de arriba hacia abajo para que no se baje la mezcla.

Precalentar el horno a 200º. Engrasar un molde y verter la mezcla. Meter al horno y bajar la temperatura a 180º. Hornear por media hora.

Desmoldar y recortar la silueta de la virgen en papel. Colocarla encima del pastel y espolvorear con azúcar glass. Retirar la silueta con cuidado.

HISTORIA

Desde hace algunos años cuando llega la festividad de la Virgen de los Desamparados, se puede ver en los escaparates de las pastelerías de Valencia un dulce de sabor sutil y muy tierno, un bizcochito de calabaza y almendra que crearon los confiteros en su honor y llamaron geperudetes. Los hay individuales y también en tamaño más grande, como este bizcocho para cortar en porciones.

La receta me la he inventado, he intentado aproximarme a lo que recordaba de cuando lo compré, y ha resultado muy rico, con aroma a limón y el sabor a la calabaza y la almendra, ingredientes típicamente valencianos.

La patrona de Valencia se conoce como cheperudeta (jorobadita) porque su imagen te recibe con la cabeza inclinada hacia el suelo, mirando a sus hijos, para escuchar y atender sus plegarias.

En 1407 el padre Jofré funda el primer hospital para atender enfermos mentales del mundo en Valencia y se pone bajo la advocación de la Virgen de los inocentes.

Según se cuenta, en 1414 llegaron tres jóvenes vestidos de peregrinos a la cofradía que mantenía el hospital y se ofrecieron a esculpir una imagen de la virgen en cuatro días a cambio de comida. Los pusieron en el lugar que hoy se conoce como el ‘capitulet’ y a los tres días, no oyendo ningún sonido, forzaron la puerta y vieron la imagen de la virgen. Los jóvenes habían desaparecido por lo que se consideró que podían ser ángeles.

La imagen se coronó en presencia de los Reyes en 1923 y, desde entonces, cada segundo domingo de mayo, el pueblo valenciano se vuelca con fervor en su Patrona, con actos en su honor, como la Danzà, la misa descoberta, La misa de Infantes, El trasllat, la Procesión y sobre todo muchos vítores, piropos, versos y cariño y emoción que se desborda al mirarla...

Desde pequeña no he podido pasar por La Plaza de la Virgen sin entrar a verla, o rezarle una salve, como me enseñó mi madre.

y me emociono cuando en el traslado oigo una voz que se eleva y reza.:

-¡valencians tots a una veu!

-¡Vixca la mare de Deu!

Felicidades a todas la Amparos en el día de su Santo!.