ARROZ CALDOSITO DE BOGAVANTE (O DEL LANGOSTINO PEPE)

INGREDIENTES

Un bogavante
De 1,5 a 1,8 l de caldo de pescado
un puñado de gambas peladas grandes
Una sepia pequeña cortada a cuadraditos
un tomate de pera maduro pero firme rallado
dos dientes de ajo
320 grs de arroz

PREPARACION

Preparar un caldo según la entrada CALDO DE PESCADO y reservar. Yo esta vez lo hice según el método de Raúl Aleixandre de Ca’Sento, ya que hace unos días disfruté de su profesionalidad y consejos en un curso de cocina que me encantó.

Cortar el bogavante encima de un plato o bandeja para aprovechar el caldo que suelta, la cabeza por la mitad, separar las pinzas y quebrarlas con la maza del mortero, desechar lo verde de la cabeza que es la tripita y la cola partirla en tres o cuatro rodajas según lo larga que sea.

Sofreir el bogavante con AOVE (Aceite de oliva virgen extra) en una cazuela de barro a fuego lento y reservar. En el mismo aceite echar un tomate rallado y ajito cortado, Echar 80 gramos de arroz por persona, (si son más comedores más, o para casa si es paella o seco pongo 100grs y para caldoso 80 grs pero hay dos niños)  sofreir, una cucharada de pimentón rojo (no de la Vera que dejaría demasiado gusto ahumado) y echar el caldo, algo más de un litro, dejamos siempre reservado y así conforme va haciéndose se puede añadir.

Añadir las gambas peladas y la sepia y cocer de 16 a 18 minutos. Cuando lleve 8 o 9 minutos añadir el bogavante y dejar cocer. Los primeros cinco minutos a fuego más vivo y luego menos.

Sacar inmediatamente la cazuela de barro a la mesa (este arroz no aguanta como la paella si no se ‘empastra’ como decimos los valencianos) y servir primero una muy pequeña cantidad a cada uno ya que trascurridos unos cinco minutos el arroz está mucho más bueno.

HISTORIA

Ir de compras un sábado por la mañana al mercado central de Valencia es uno de esos pequeños placeres de marujilla que me permito cuando estoy en Valencia un sábado, y que me gusta más que ir de tiendas de moda a la calle Colón.

El pasado sábado iba muy bien acompañada por mi hijo, que como siempre, no paraba de charlar, me contaba él que hay una niña de su clase que le gusta por sus sentimientos y al preguntarle yo que tipo de sentimientos tenía, me dijo que guapa es, pero aparte es que no piensa nada en sí misma...Aprovechaba yo para mostrarle la decoración modernista que luce impresionante después de la restauración del mercado.

Él estaba interesado en comprarse semillas y plantones para el huerto, y el labrador que le vendió dos plantas de alcachofas estaba encantado de explicarle los cuidados que les tenía que dedicar.

Os presento al langostino Pepe

Compré membrillos, fruta, pollo, vimos la parada de delicatessen, la de especias, y luego pasamos a la pescadería donde el langostino Pepe estaba tan fresquito en su cama de hielo con sus compañeros Bogavantes y debajo de un cartel que decía ’producto nacional’

Mi hijo lo vió en la parada y me dijo mama! Mira compra un langostino de esos!. Encima suyo había unos langostinos preciosos de Castellón y después de mirar mi vacío monedero, pensar que mi malcomiente me estaba pidiendo comida al fin y al cabo, y ver que podía pagar con tarjeta compré medio kilo de langostinos. Cuando iba a pagar mi chiquitín me dijo enfadado ¡pero ¿No ibas a comprarme un langostino? Y le contesté ¡pero si llevamos medio kilo! ---Me replicó él: -¡de esos no! Quiero ese grande que está debajo de lo que has comprado y que lo haces en un arroz muy bueno!

El niño quería un bogavante, y al pobre, gracias al dinero de plástico nos lo llevamos a casa y lo llamamos el langostino Pepe hasta que nos lo comimos, o mejor dicho se lo comieron porque con estos niños a la próxima ya tengo que comprar dos.

Un apunte: el langostino Pepe costó 10 euros, el puñado de gambitas y la sepia pongamos 3, el arroz 1. ¿Dónde pueden comer cuatro personas este buenísimo arroz por 3,50 euros por cabeza?

He de decir que mi chiquitín alabó mi arroz, y como ya no me fío me hice la dura y le dije que eso me lo dijera con el plato vacio. Con carita de bueno y el plato vacío me preguntó mami ¿Hoy he comido bien? Y yo derretía porque me gana este niño…